martes, 24 de octubre de 2017

Como Santiago, somos los jóvenes que queremos cambiar todo

Por Nicolás Riu

El capitalismo es una máquina de alinear personas y pocas cosas nos ayudan a remar contra el sistema  y sus instituciones.  Iglesia, clubes, moda, cultura todo alinea, pero sobre todo aliena la explotación y opresión gris y cotidiana, que machaca sobre la conciencia de miles de manera de sostener un régimen putrefacto que camina hacia la barbarie. Uno de los grandes receptores de este bombardeo sistemático y cotidiano es la juventud, como esos miles de pibes de las barriadas obreras que son seducidos por los tranzas para convertirse en soldaditos de algún negocio turbio o, cuando tienen la “suerte” de salir de esa maraña sórdida y son reclutados por otro tipo de “tranzas”, que los transforman en carne de cañón en la línea de producción. (Leer nota)

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