sábado, 28 de octubre de 2017

Con los jueces del régimen no se sabrá nunca la verdad. Hoy, más que nunca, hace falta una Comisión Investigadora Independiente

La caída del Juez Otranto constituyó un triunfo de la movilización popular, porque cayó el funcionario judicial que más maniobró para que no se sepa la verdad, cuya estrategia no pasaba por castigar a los culpables del secuestro y posterior asesinato de Santiago Maldonado, sino a las víctimas de la represión perpetrada por la Gendarmería bajo órdenes de Macri, Bullrich, Noceti y compañía. Sin embargo, el juez Lleral no vino para resolver nada en contra del gobierno y las fuerzas represivas, sino para ganar tiempo y seguir apañando a los funcionarios del estado involucrados en este crimen de lesa humanidad. Por eso, unas horas antes de las elecciones este personaje salió a insinuar que Santiago no había sido asesinado, sino que se habría “ahogado” sin “recibir golpes” ni ataques por parte de los gendarmes. (Leer nota)

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