Por Damián Vekelo, del FAR
Poco
hace falta agregar para entender la responsabilidad del Estado y,
particularmente del gobierno actual, en el asesinato laboral de dos compañeros
de la educación, situación que no tiene nada de “fortuita”, ya que decenas y
decenas mueren anualmente producto de las pésimas condiciones en que trabajan,
tanto en el estado como en las empresas privadas. Esto
sucede y continuará sucediendo, debido al incremento de la intensidad en los
ritmos de la producción, condiciones insalubres, fuga de gases, falta de ropa e
implementos de seguridad adecuados, etc. ¡David Ramallo,
mecánico de la Línea 60 de Capital Federal; Richard Alcaráz, obrero de la construcción y Diego Soraire, operario del
INTA Castelar, son algunos de los nombres más conocidos entre los 400 casos por
año registrados! (Leer todo)
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